—(…) ¿Te has fijado en que la gente de los libros hace cosas con el pelo que una jamás podría hacer?
—¿Como qué?
—Bueno, como cuando María Magdalena le secó los pies a Jesús con el pelo, o como las heroínas que bordan pañuelos. Seguro que al plancharlos el pelo se chamuscaba. Y eso de «Rapunzel, Rapunzel, suelta tu cabello». No se puede trepar por el pelo de alguien como si fuera una cuerda, sería un suplicio.
—Supongo que lo que pasa es que en los libros puedes decir lo que te dé la gana.
—¿Como qué?
—Bueno, como cuando María Magdalena le secó los pies a Jesús con el pelo, o como las heroínas que bordan pañuelos. Seguro que al plancharlos el pelo se chamuscaba. Y eso de «Rapunzel, Rapunzel, suelta tu cabello». No se puede trepar por el pelo de alguien como si fuera una cuerda, sería un suplicio.
—Supongo que lo que pasa es que en los libros puedes decir lo que te dé la gana.
("Los años ligeros", Elizabeth Jane Howard)
Ep, això és de la saga dels Cazalet, oi? No n'he llegit cap, però he vist Dowton Abbey, això sí. Estan bé? És per a una amiga, ya tu sabes.
ResponEliminaQuan acabi el primer volum t'ho explico.
EliminaEfectivament, en els llibres es pot dir el que vingui en gana. Per sort!
ResponEliminaUn gran motiu per llegir-los.
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